¡Pachamama, Santa tierra Kusiya Kusiya!
¡Óyeme, Pachamama, viento frío besando, viento frío besando, muchos años estuve! ¡Óyeme Pachamamita! ¡Por tierra y arena he andado, viento frío he andado, viento frío he besado! ¡Acórtame el camino!
O sonho de Benito Condorí (relato indígena) - por Manolo Pliego Iglesias, cfm
Benito Condorí había perdido sus llamas, y aquella mañana se fue a buscarlas al cerro, preocupado pues el puma estaba haciendo daño y mientras se encaminaba para el cerro junto a su perrito, sacó su chuspa y se puso a coquear su acullico de coca para tener ánimo. Cuando llegó al cerro el sol estaba bien alto, busco sus llamas en la pampita de las chillaguas y no estaban, después en el campo de los irus y tampoco, a la tardecita llegó a la abrita de la apacheta, hizo su oración a la Pachamama y dejó su acullico de coca debajo de una piedra. El sol ya estaba de tarde y la noche se acercaba. Entonces se fue al puesto para pasar la noche y seguir buscando al otro día, se abrigó con su ponchito y se durmió. Cuando estaba profundamente dormido tuvo un sueño: "De la apacheta yo vi como si naciera de adentro de la tierra una mujer en forma de árbol como Queñua, sus pies quedaron en la tierra como raíces, su cuerpo era el tronco y las ramas y sus cabellos eran las hojas. Y diciéndome me hablo: Yo soy la Pachamama, yo soy toda y estoy en todo, mira mis pies ahí están tus antepasados, y me dio una escalera hecha de pan y me dijo; Sube, y escucha mi corazón, yo subí y vi un cielo muy azul y un olor a coa invadió todo el lugar, acerqué mi oído a su seno y escuché las voces de mis hermanos huérfanos que vagan por el mundo porque han perdido a su madre. Bajé del árbol y se hizo viento sus cabellos se trasformaron en plumas y voló un cóndor. De su cuerpo se hizo una vicuña y de sus pies una serpiente que se perdió para adentro. Y todo el lugar donde ella había estado se convirtió en una hermosa chacra donde maduraban las mejores papas, maíces y quinuas que han visto mis ojos. De repente, ahí no más me desperté de mi sueño y estaba amaneciendo y contento me fui a buscar mis llamas y las encontré pasteando tranquilas en el ciénago, las conté y no faltaba ninguna, las rodeé y me volví para el rancho junto a mi perrito. Cuando llegué le conté a mi compañera Lidia: Anoche me soñé con la Pachamama..."
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