A Cultura Mágica dos Kallawayas
Mari de Pacheco durante as festividades da Cultura na Bolívia: em 2003 a UNESCO nomeou a Cultura mágico-religiosa Kallawaya como Patrimonio da Humanidade.
A principal atividade dos kallawayas é o exercício de uma medicina ancestral, à qual estão associados diversos ritos e cerimônias que constituem a base da economia local. A cosmovisão andina da cultura kallawaya abarca todo um acervo coerente de mitos, ritos, valores e expressões artísticas. Suas técnicas medicinais, baseadas nos sistemas de crenças dos antigos povos indígenas dos Andes, gozam de um amplo reconhecimento na Bolívia e em numerosos países da América do Sul, onde exercem os médicos-sacerdotes kallawayas.
A perda da tradição oral leva à progressiva desaparição de um grande número de práticas culturais nas comunidades indígenas latino-americanas. O que se segue são testemunhos obtidos pela organização ECLat e que ilustram o caso da medicina ancestral e de conhecimento das plantas medicinais kallawaya, na Bolívia.
"Sobre los viajes tradicionales de los curanderos kallawayas" (Hilarión Suxo, septiembre de 1998)
Primero, íbamos al cerro para un ritual. Salíamos después no más. Los viajes de los kallawayas duran varios meses, tres o cuatro.
Los que se iban para el canal de Panamá, en el año 1900, duraban cuatro meses, pero ya se murieron todos. Los kallawayas de hoy salen por poco tiempo. Hay quienes viven acá pero que no son nativos de la zona. Ellos llegaron hace poco, se casaron, aprendieron las plantas... pero no es igual.
Los kallawayas tienen otro idioma. No es el quechua o el aymará o el español... Nosotros lo sabíamos, pero lo estamos olvidando. Es un idioma para hablar entre nosotros los curanderos. Es una lengua secreta... especial.
Salí de viaje por primera vez cuando tenía 14 años, con otros kallawayas mayores. Así, aprendí a curar y vender mis jarabes, parches, pomadas... Viajábamos a pie. El primer viaje fue hasta el Perú. Íbamos de casa en casa. A veces, nos quedábamos dos o tres días en lugares donde no había ninguna casa.
Dormíamos en grutas.. ¡Eso es la vida del nómada! A veces sin comida. Llevábamos pan, pita molida (cereal) y azúcar. Tomábamos eso con agua fría no más. Para llegar a Cuzco y regresar nos demorábamos 45 días.
"Sobre los rituales y lugares sagrados kallawayas" (Hilarión Suxo y Pedro Huaqui, octubre de 1998):
Hilarión: Como decía mi abuelo: cada uno de nosotros nace con sus achachillas (cerro sagrado). Este achachilla (cerro Larwachijuani, comunidad de Pampa Blanca) hace parte de mis achachillas. Mucha gente ya no hace rituales en los cerros, para los achachillas, porque muchos de ellos no saben que son lugares sagrados.
Pedro: Sí. Es un poco triste porque la gente casi no sale a los cerros. Este achachilla está abandonado. Podríamos pasar un ritual aquí para nuestros viajes y la salud... Podríamos hacerlo. La gente ya no sube porque es un poco de sacrificio, un poco pesado subir... pero siempre es mejor hacerlo. Yo siempre paso rituales para mi salud y la cosecha.
Hilarión: Antes, había una casita donde se guardaba todo el material para los rituales platos, velas, conchas Ya no queda nada, todo se cayó. El día que hagamos rituales otra vez podríamos arreglarlo todo ¡Pero no así no más! Hay que pedirle permiso al espíritu de la montaña. Si no, él nos podría castigar o hacernos enfermar
Es que tiene su poder. Tendríamos que darle una comida o prepararle un ritual para pedirle el permiso para reconstruir la casa Es igual que nosotros: no te puedo quitar los zapatos sin preguntarte antes, o el gorro Si te lo quito así no más, te puedes enfadar. Pues, es igual para el achachilla
Es como un hombre, una persona tiene un nombre, una casa, su fuerza. Con un ritual, es como si le damos de comer. Si le preparamos una buena comida, se quedará tranquilo y podremos arreglar el lugar.
"Sobre el origen de la coca" (Hilarión Suxo, noviembre de 1998)
Vivía una mujer extraordinaria en una región de los Andes. Su belleza era magnífica. Tenía mucho encanto y era muy presumida. Era una diosa. Cuando tomaba un aspecto humano compartía con los hombres su encanto con caricias hechizantes.
Pero la conducta de esta mujer despertó los celos de las esposas y las protestas morales de los ancianos que la persiguieron Y la mataron. La enterraron en una tierra fecunda, en un lugar donde llovía mucho.
Del polvo de su cuerpo nació un arbusto chiquitito, cuyas hojas tenían propiedades maravillosas. Esas hojas tenían la fuerza de aliviar los dolores y el optimismo de la vida. La diosa se vengó de las esposas haciendo que sus maridos sufran de la permanente tentación de masticar aquellas hojas maravillosas.
Conheçam o site Kallawaya Sin FronterasA perda da tradição oral leva à progressiva desaparição de um grande número de práticas culturais nas comunidades indígenas latino-americanas. O que se segue são testemunhos obtidos pela organização ECLat e que ilustram o caso da medicina ancestral e de conhecimento das plantas medicinais kallawaya, na Bolívia.
"Sobre los viajes tradicionales de los curanderos kallawayas" (Hilarión Suxo, septiembre de 1998)
Primero, íbamos al cerro para un ritual. Salíamos después no más. Los viajes de los kallawayas duran varios meses, tres o cuatro.
Los que se iban para el canal de Panamá, en el año 1900, duraban cuatro meses, pero ya se murieron todos. Los kallawayas de hoy salen por poco tiempo. Hay quienes viven acá pero que no son nativos de la zona. Ellos llegaron hace poco, se casaron, aprendieron las plantas... pero no es igual.
Los kallawayas tienen otro idioma. No es el quechua o el aymará o el español... Nosotros lo sabíamos, pero lo estamos olvidando. Es un idioma para hablar entre nosotros los curanderos. Es una lengua secreta... especial.
Salí de viaje por primera vez cuando tenía 14 años, con otros kallawayas mayores. Así, aprendí a curar y vender mis jarabes, parches, pomadas... Viajábamos a pie. El primer viaje fue hasta el Perú. Íbamos de casa en casa. A veces, nos quedábamos dos o tres días en lugares donde no había ninguna casa.
Dormíamos en grutas.. ¡Eso es la vida del nómada! A veces sin comida. Llevábamos pan, pita molida (cereal) y azúcar. Tomábamos eso con agua fría no más. Para llegar a Cuzco y regresar nos demorábamos 45 días.
"Sobre los rituales y lugares sagrados kallawayas" (Hilarión Suxo y Pedro Huaqui, octubre de 1998):
Hilarión: Como decía mi abuelo: cada uno de nosotros nace con sus achachillas (cerro sagrado). Este achachilla (cerro Larwachijuani, comunidad de Pampa Blanca) hace parte de mis achachillas. Mucha gente ya no hace rituales en los cerros, para los achachillas, porque muchos de ellos no saben que son lugares sagrados.
Pedro: Sí. Es un poco triste porque la gente casi no sale a los cerros. Este achachilla está abandonado. Podríamos pasar un ritual aquí para nuestros viajes y la salud... Podríamos hacerlo. La gente ya no sube porque es un poco de sacrificio, un poco pesado subir... pero siempre es mejor hacerlo. Yo siempre paso rituales para mi salud y la cosecha.
Hilarión: Antes, había una casita donde se guardaba todo el material para los rituales platos, velas, conchas Ya no queda nada, todo se cayó. El día que hagamos rituales otra vez podríamos arreglarlo todo ¡Pero no así no más! Hay que pedirle permiso al espíritu de la montaña. Si no, él nos podría castigar o hacernos enfermar
Es que tiene su poder. Tendríamos que darle una comida o prepararle un ritual para pedirle el permiso para reconstruir la casa Es igual que nosotros: no te puedo quitar los zapatos sin preguntarte antes, o el gorro Si te lo quito así no más, te puedes enfadar. Pues, es igual para el achachilla
Es como un hombre, una persona tiene un nombre, una casa, su fuerza. Con un ritual, es como si le damos de comer. Si le preparamos una buena comida, se quedará tranquilo y podremos arreglar el lugar.
"Sobre el origen de la coca" (Hilarión Suxo, noviembre de 1998)
Vivía una mujer extraordinaria en una región de los Andes. Su belleza era magnífica. Tenía mucho encanto y era muy presumida. Era una diosa. Cuando tomaba un aspecto humano compartía con los hombres su encanto con caricias hechizantes.
Pero la conducta de esta mujer despertó los celos de las esposas y las protestas morales de los ancianos que la persiguieron Y la mataron. La enterraron en una tierra fecunda, en un lugar donde llovía mucho.
Del polvo de su cuerpo nació un arbusto chiquitito, cuyas hojas tenían propiedades maravillosas. Esas hojas tenían la fuerza de aliviar los dolores y el optimismo de la vida. La diosa se vengó de las esposas haciendo que sus maridos sufran de la permanente tentación de masticar aquellas hojas maravillosas.
Fonte: ECLat - Échanges Cultures Latinoamericains C/O Centre Social Baussenque 34, rue Baussenque 130002 Marseille, eclat@worldonline.fr
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